MÓNICA GONZÁLEZ

En la búsqueda del bienestar y la conciencia, he dedicado gran parte de mi vida al estudio, la práctica y la enseñanza de herramientas que integran cuerpo, mente y espíritu.

Tomé mi primera clase de yoga a los quince años, movida por el deseo de sentirme bien física y emocionalmente. Apenas sabía de qué se trataba, pero aquella experiencia despertó una sensación de presencia y calma que no había sentido antes, pero aunque esto despertó la curiosidad, no fue hasta el  2013 cuando el yoga regresó a mi vida con una fuerza distinta... más consciente, más profunda, más transformadora.

Durante varios años exploré diversas formas de yoga moderno, y en 2015,  el Ashtanga Yoga se convirtió en el eje de mi camino, una práctica de entrega que cambio mi manera de percibirme y de percibir mi experiencia en este mundo.

A lo largo de más de una década, he viajado por México, Estados Unidos, Canadá e India para profundizar en las raíces del linaje, formándome con maestros como Paramaguru Sharath Jois, David Robson, Kino MacGregor y Tim Feldmann.

Entre 2016 y 2023 realicé varios viajes de estudio y práctica a India, dedicando meses a una inmersión completa en el Sharath Yoga Centre de Mysore, bajo la guía directa de Sharath Jois. Estar allí, en la fuente del Ashtanga Yoga, fue una experiencia transformadora; cada respiración, cada ajuste y cada silencio revelaban algo nuevo sobre la entrega y la fe. En medio del ruido y el caos de India encontré una quietud profunda, una enseñanza sobre la presencia que ninguna otra experiencia me había mostrado.

Durante esos años también tuve mi primer acercamiento formal a la meditación con los maestros Narasimhan y Jayashree, en Mysore. Aquella práctica abrió en mí una puerta hacia lo más sutil, la observación de la mente, el poder del silencio y la experiencia de la conciencia más allá del cuerpo.

En 2023 recibí de Sharathji la Autorización de Nivel 2, y un año después tuve el honor de participar en su último curso, el Active Series Intensive en la University of Virginia. Aquellos momentos marcaron un antes y un después en mi camino, sellando un ciclo de aprendizaje con la misma gratitud con la que comenzó.

En 2016 fundé Kórima Yoga Studio en Puerto Vallarta y, en 2023, Kórima Ashtanga Yoga Shala, espacios dedicados a compartir las enseñanzas del yoga desde la presencia, la disciplina y el corazón.

Años después, mi búsqueda interior tomó un nuevo rumbo. Aunque mi primer encuentro con la meditación había ocurrido en India, no fue sino hasta conocer las enseñanzas del Dr. Joe Dispenza que comencé a estudiar la mente a un nivel más profundo. Sus métodos me revelaron el poder real que tienen los pensamientos y las emociones elevadas para transformar la biología, la energía y la realidad misma.
En 2025 tuve la oportunidad de estudiar directamente con él, experimentando de cerca la coherencia entre el corazón y el cerebro, la meditación consciente y el trabajo con el campo cuántico como fuente de sanación y creación.

Hoy, con más de una década dedicada a estudiar, practicar y compartir, reconozco entre las herramientas más importantes de mi vida aquellas que me han guiado hacia la conciencia: el yoga, la meditación, la respiración, el movimiento y la atención plena. Todas me han mostrado que el verdadero trabajo interior comienza en el silencio, en ese espacio donde la mente se aquieta, el corazón se expande y la energía encuentra su orden natural.

He comprendido que el bienestar no se limita al cuerpo; abarca la mente, la energía y el alma. Cada experiencia, incluso las más desafiantes, ha reafirmado mi certeza en la presencia de algo mayor, una conciencia divina que guía y sostiene todo.

En ese proceso aprendí que la práctica, sin importar su forma, es solo un medio. Lo esencial es la intención con la que se camina.. volver a uno mismo, habitar el presente y reconocer la luz que ya somos.
Cuando recordamos esa luz, también recordamos nuestra conexión con el campo infinito de energía divina que todo lo crea, el Universo que nos habita y nos sostiene, y desde ahí comprendemos que cada respiración, cada pensamiento y cada acto consciente son una expresión del amor que nos une a Todo.